jueves, 31 de marzo de 2011

Primeros pasos: Un prebonsai de arce con material de vivero

En la actualidad, en cualquier vivero puede encontrarse un arce joven con el que comenzar una colección de bonsai.
Lo idóneo es elegir un ejemplar de 20 a 30 cm. de altura, con una amplia estructura de ramas y, a ser posible, con alguna rama baja en el tercio inferior. Como con cualquier árbol, si lo observamos desde todos los ángulos veremos que un lado resulta particularmente más interesante que los demás. Así fijaremos el frente, que determinará el diseño de nuestro prebonsai.
Para lograr una buena combinación de frente y nebari (raíces superficiales), que dará estabilidad al conjunto, habrá que examinar el nacimiento de las raíces principales de la base del tronco. Para ello hay que limpiar la tierra que rodea al tronco y averiguar qué distribución de raíces presenta.

Un nacimiento adecuado constituiría tener raices principales a la misma altura radiando de la base del tronco. La distribución ideal sería aquellas en que naciesen a ambos lados del tronco, visto desde el frente elegido, pero no en una simetría perfecta, sino de forma natural, evitando una distribución geométrica de las raíces.
Con el frente, pues, ya definido, se procede a investigar la estructura del cepellón de raíces. Una planta joven de vivero no habrá recibido ningún tipo de entrenamiento, así que el cepellón estará totalmente desorganizado. Las raíces estarán enrolladas dentro de su maceta de plástico y habrá un número alto de raíces gruesas que no nos sirven.
Lo que tenemos que hacer es volver a construir de nuevo el cepellón para poder formar un sistema radical fino y fibroso, que además es la base para lograr una fina estructura de ramas. Con mucho cuidado se efectúa el peinado de las raíces para distribuir el cepellón de forma radial y en un plano horizontal. Si existe una cantidad apreciable de finas raíces que alimenten al árbol, pueden podarse hasta las dos terceras partes de su longitud total. Esta actividad se realiza cuando se aprecian signos de actividad en el árbol y las puntas de las hojas empiezan a emerger de ellas.
Si no hay muchas raíces finas, sino una serie de raíces gruesas, la operación de poda de raíces no puede ser tan completa. En este caso, solamente será posible efectuar una ligera poda de estas raíces gruesas. Para completar la estructuración de un nuevo cepellón serán necesarios varios años, podando cada año más raíces gruesas a medida que vayan apareciendo más raíces finas.
Para iniciar el modelado de la estructura aérea es indispensable poseer un diseño mental del aspecto más o menos final del árbol. Si no se está seguro del diseño que se quiere, lo más fácil es recurrir a los libros y foros de bonsai, al visionado de fotos, etc. y, una vez elegida la forma básica de modelado que nos gusta y que potencialmente puede adaptarse a la forma y ramas de nuestro árbol, realizar un dibujo y utilizarlo como guía durante esta fase inicial de poda de las ramas.
Antes de efectuar el primer corte, hay que tener en cuenta el estado de las raíces, y el corte que les hemos efectuado. Si el árbol no posee un cepellón de raíces denso y fino, no es conveniente realizar una poda fuerte de ramas. Así que, probablemente, no será posible más que una limpieza de aquellas ramas demasiado largas y de las que sobran, sin cambiar demasiado el aspecto general. El trabajo grueso de ramas tendrá que esperar al menos al siguiente año de entrenamiento.

Ahora bien, lo que se puede hacer al principio de este primer año es reducir la longitud general de todas las ramas elegidas como estructura base de nuestro diseño. Es importante considerar no solamente las ramas laterales del bonsai, sino también permitir la existencia de ramas en la parte posterior y anterior, pues son las que le dan una sensación de volumen, de profundidad. No deben salir directamente hacia atrás o hacia delante, sino hacerlo con cierta inclinación hacia la izquierda o hacia la derecha.

Finalmente el mismo árbol se inclinará levemente hacia delante.

He tratado en estas líneas de facilitar al nuevo aficionado a los bonsais unas pautas muy generales para iniciarse con un material barato y comenzar con unas tareas sencillas y sin complicaciones.

Estas pequeñas directrices no hacen un bonsai, pero permiten, con poco riesgo económico, avanzar en los conocimientos sobre el tema lo suficiente como para, en un futuro, aprender a cultivar y formar verdaderos bonsais.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Probando un abonado diferente

Este año probaré el sistema de abonado de Miguel Ángel Serrano, un compañero bonsaísta y biólogo, que lo ha diseñado y lo aplica, se ve que con excelentes resultados (eso espero). Lo comercializa por internet, así que si a alguno os interesa puedo poneros en contacto.

Lo explico a continuación para quienes pueda interesaros, y así de paso yo lo tengo a mano ;)

Se trata de una gama de 3 productos:
-Abono orgánico sólido.
-Complejo de Aminoácidos.
-Abono PK. A base de Fosfito potásico.(Indicado para abonado de inicio de temporada y como abono de otoño).

ABONO ORGÁNICO SÓLIDO:
Basado en el estiercol de oveja, preparando de forma industrial un abono orgánico sólido.
Su formato pellet es en forma de bolitas de color oscuro de unos 5 mm. como ya está fermentado, no huele mal.
No se deshace de forma inmediata con el riego, por lo que no crea costra superficial, y libera los nutrientes de forma contínua y lenta, como debe ser en un orgánico de base. No es necesario retirarlo del sustrato en toda la temporada.
Se aplica a razón de unos 50- 70g. en primavera y unos 40-60g. en otoño. Esta dosis es para un arbol mediano en una maceta de unos 30cm.
De forma experimental se ha ensayado dosis bastante mayores y no se ha observado efectos adversos, a excepción del crecimiento excesivo de hojas.
Se puede aplicar formando una banda de varios centimetros de anchura por toda la periferia o bien distribuyéndolo por toda la superficie del sustrato, sin acercarse al tronco. Su tamaño, muy similar al de las partículas del sustrato, hace que pase bastante inadvertido.
Su N-P-K es: 3-3-1. Contiene además un suplemento de minerales, principalmente hierro y magnesio.
Aunque pueda parecer un abono "flojito en N", la forma en la que se presenta éste, al estar bien mineralizado (fermentado), es muy asimilable por las raices por lo que tras 10-15 días tras su aplicación ya se observan sus efectos en la brotación. Además es un abono muy equilibrado con igual contenido de N que de P.
Este abono suplementado con el Complejo de aminoácidos proporciona un óptimo desarrollo. Recordar al respecto, que un orgánico sólido está concebido como una fuente constante de los macroelementos N;P;K, y por su naturaleza orgánica tiene ademas de la función nutritiva, la de mejorar la capacidad de adsorción del complejo de cambio iónico, muy reducida en sustratos con grandes partículas como los que usamos en el cultivo de bonsai. Hay quien usa abonos líquidos inorgánicos para obtener fuertes crecimientos. En este tipo de abonos la fuente de N, se asimila de forma más rápida que con los orgánicos sólidos, pero tiene el inconveniente de que el medio se saliniza en exceso, y no se obtiene mejora en el complejo de cambio iónico. además de los riesgos de sobredosis.
El precio es muy bueno, por lo que puede resultar una alternativa interesante desde el punto de vista económico, a los tradicionales orgánicos japoneses como el bio-gold, o hanagokoro.
Por supuesto, partimos de la base que cumple perfectamente con su función nutritiva, presentando a sí mismo un buen comportamiento mecánico a efectos de la acción disgregadora del agua de riego.

COMPLEJO DE AMINOÁCIDOS.
Es un complejo que estimula y revitaliza las funciones fisiológicas de la planta en los momentos de mayor actividad vegetativa.
Tiene además una importante acción frente a situaciones de estrés y está indicado para tratamientos posttrasplante, en árboles convalecientes por estrés hídrico, por heladas, por ataque de patógenos, etc.
Aunque en su composición incorpora los macroelementos N,P,K, están en baja proporción, y aparecen no como elementos sueltos sino formando parte de las moléculas de los principios que lo constituyen, por lo que realmente no es un abono en sentido estricto, sino un complemento para el abono orgánico solido, que garantiza que no haya carencias en los periodos de mayor actividad.
Contiene los 19 aminoácidos libres que las plantas usan para la síntesis de todas sus proteinas, y en alta concentración. Esto lo diferencia de muchos productos existentes en el mercado que solo incorporan algunos de los aminoácidos y en proporción mucho menor, por lo que la acción debida a los aminoácidos no es ni mucho menos lo completa que en el producto que ofrezco.
Los otros componentes mayoritarios, también en gran proporción son los ácidos húmicos y fúlvicos, de efectos muy beneficiosos.
Contiene también vitaminas del grupo B,Oligoelementos quelatados: Fe,Cu Mg, Mn,B, Zn,Mo y fitohormonas.
El contenido total N, P, K, es en porcentaje: 4-2-2, siendo el nitrógeno 100% orgánico, pues es el N que contienen los aminoácidos libres.
Para dar una explicación fácil de los Aminoácidos, decir que son los eslabones que forman las cadenas de proteinas. La síntesis de éstos por las plantas supone un gran esfuerzo metabólico, por lo que su adición supone un ahorro energético grande, y la planta puede sintetizar facilmente todas las proteinas estructurales y metabólicas que necesita en todo momento.
Los abonos elaborados a base de sangre son ricos en aminoacidos ya que la sangre es muy rica en proteinas. Los japoneses desde tiempos remotos, sin conocimientos de bioquímica ya lo usaban por que experimentaron sus buenos efectos.
Los ácidos húmicos y fulvicos además de ser un aporte de materia orgánica mineralizada, tienen un efecto muy positivo en el sustrato, ya que aumenta su poder tamponante (capacidad de regular y mantener el ph), incrementan notablemente la capacidad de intercambio catiónico, con lo que se optimiza la absorción de nutrientes.
Sus efectos producen un incremento notable del desarrollo radicular.
Los minerales quelatados en proporción muy superior a la que incorpora cualquier abono tradicional evita cualquier carencia mineral, en especial la clorosis férrica.
Las fitohormonas y la vit. B1, también con acción hormonal, inducen una rápida respuesta de los procesos fisiológicos y previenen desequilibrios hormonales que se pueden producir por crecimientos desiguales que hacen que algunos órganos actuen como sumidero de hormonas, caso de yemas apicales con exceso de dominancia, etc.
La idea surge porque este complejo reúne de forma equilibrada, todos los principios que usan los viveristas profesionales. Aplicarlos por separado daría lugar a un calendario de aplicación complejo, además del elevado coste que supone adquirirlos por separado. Con este produzto se tienen homogeneizados todos los principios activos que necesitan nuestros árboles para un óptimo desarrollo. Se simplifica enormemente el calendario de aplicación y es muy asequible economicamente.
Los resultados son visibles a las pocas aplicaciones. Funciona extraordinariamente en árboles que han sufrido algún estrés. Por ejemplo resulta muy útil su aplicación foliar en árboles recuperados, a los cuales podemos nutrir vía foliar sin forzarlos a nivel radicular. Después de los trasplantes es muy recomendable su uso pues se produce una buena respuesta en la brotación, evitando el retraso que se observa en algunos árboles producido por un trasplante con trabajo fuerte en las raices.
El producto está diseñado para su uso tanto en aplicación foliar, como en el agua de riego. Lo ideal es aplicarlo mediante pulverización tanto en la copa, mojando bien las hojas por ambos lados como en el sustrato (que previamente debe estar humedecido)
La aplicación foliar es muy eficaz porque ofrece disponibilidad inmediata de los nutientes, por poner un símil, equiparable a la administración de un fármaco vía intravenosa.
La aplicación en agua de riego también es necesaria, porque provee a la planta de reservas de los distintos compuestos en el sustrato. Como comentaba anteriormente, en el caso de los ácidos húmicos y fúlvicos su actividad más notoria se basa en la mejora de la capacidad de adsorción de los cationes en el complejo de cambio iónico, por eso es necesaria también la aplicación sobre el sustrato.
Calendario:
El producto hay que empezar a aplicarlo cuando se aprecia que la brotación es generalizada en el árbol.Se hace una aplicación cada 15 días. En Julio y Agosto puede valer con una sola aplicación y se retoma a últimos de agosto, hasta noviembre.
Estas fechas son orientativas y según el clima de la zona y las condiciones de la planta, hay que adaptarlo. El criterio válido es el de aplicarlo cuando la planta esté en plena actividad y no hacerlo cuando por algún motivo, estacional o fisiológico, la planta está en parada vegetativa. En estos casos la aplicación del producto forzaría una actividad que la planta de forma natural ha inhibido.
La aplicación foliar, sobre todo en caducifolios, sólo se hace cuando la hoja está madura, abril o mayo, según especies. Pero puede aplicarse perfectamente en agua de riego.
La máxima absorción foliar se produce a primeras horas de la mañana, El día que toque aplicación foliar, hay que madrugar. Lo idóneo hacerla al amanecer.
(Aunque se salga del tema, por el mismo motivo los productos fitosanitarios deben aplicarse por la noche, cuando la absorción foliar es menor y así minimizamos las posibles toxicidades.)
Realizar un buen abonado preotoñal es importante, ya que se crean reservas que permiten no tener que abonar tempranamente a la próxima primavera, y esto es recomendable para evitar tener que abonar árboles recien trasplantados, árboles de flor (el abonado rico en nitrogeno, inhibe la floración) y además se evita un crecimiento excesivo de las hojas.
En referencia a la forma de aplicar el producto, es muy útil usar un pulverizador de presión. En la aplicación foliar se moja bien todo el follaje tanto por el haz como por el envés de la hoja. En el caso de la aplicación sobre el sustrato, Éste debe estar algo humedecido previamente, con el pulverizador de presión se rocia bien toda la superficie hasta que se observa que el sustrato queda completamente empapado. Si lo aplicamos con una regadera, el producto drena demasiado rápido, y el sustrato no se empapa de forma tan eficaz y homogénea como si usamos el pulverizador de presión.

La dosificación del producto ya está adecuada para su uso en bonsai.
5cc.= 5ml/ 1 litro de agua (se puede dosificar midiendo 5 cm. con una jeringuilla de plástico) y añadiéndolos a 1l. de agua.
Con estos datos, echando cálculos, con 1 litro de producto se obtienen unos 200 litros de abono preparado para uso directo, que es cantidad suficiente para abonar unos 50 bonsais de tamaño medio durante toda la temporada.
Si se optimiza bien la aplicación del producto, la cantidad óptima que se aplica es de 300-400 ml. de producto preparado por aplicación.
Conviene ajustarse a las dosis indicadas y frecuencia de uso para obtener los mejores resultados. Aunque se ha ensayado con dosis mucho mayores sin observar efectos adversos, conviene ajustarse a lo prescrito.
El producto una vez preparado para su uso tiene una coloración muy oscura, no hay que preocuparse si quedan manchas de producto sobre las hojas, macetas, o repisas, pues aunque se seque es muy soluble y con un poco de agua pulverizada desaparece cualquier resto de forma inmediata.


ABONO PK -FOSFITO POTÁSICO. (ABONO DE OTOÑO).
Tradicionalmente se ha usado el fosfato potásico como fuente de fósforo y potasio para la elaboración de abonos complejos N-P-K. Esta fuente de fósforo se obtiene directamente de yacimientos naturales. Decir en este sentido que la mayoría de abonos orgánicos, no lo son estrictamente, ya que si bien el N. es de origen orgánico, por ejemplo, N aportado en forma de guano, el principal aporte de fósforo y potasio, es de origen mineral (inorgánico). No hay orgánicos puros, pues tendrían una muy baja proporción de P y K, por lo que se suplementan con una fuente mineral como señalaba antes.
El fósforo (P), forma sales y es bastante estable en el suelo, por lo que la disponibilidad para la planta es limitada. Por ello se hace necesario adicionarlo en cualquier abono que sea equilibrado. No ocurre lo mismo con el potasio (K), que suele estar en cantidades suficientes sobre todo en suelos con partículas de naturaleza arcillosa.
Desde unos años acá, se está imponiendo el uso de fosfito potásico. Esta sal es la fuente del ión fosfito que presenta muchas ventajas respecto al ión fosfato usado tradicionalmente.
El ión fosfito es muy facilmente asimilable por la planta, tanto por vía foliar como radicular, además es sistémico, es decir que tiene en la savia, un sentido tanto ascendente como descendente, garantizando un aporte a todas las zonas. Esto es importante, por ejemplo, cuando tras un daño radicular se interrumpe temporal y parcialmente las funciones de absorción radicular (por ejemplo, una recuperación o trasplante drástico).
Está bien estudiado y contrastado la función del ión fosfito en las plantas y en resumen estos son los beneficiosos efectos que produce su aplicación.
.- Resulta un eficiente agente fungicida, debido a una doble acción. Por un lado es un fungicida en sentido estricto, con capacidad de anular el agente patógeno. Además potencia la síntesis de fitoalexinas que son las sustancias que constituyen las defensas naturales de las plantas ante la invasión de algún agente patógeno.
.- Es un magnífico suministro de los elememtos P y K, garantizando los aportes en todos los procesos vitales donde son necesarios. En este sentido decir que la facilidad de circulación del fosfito produce una eficaz distribución de los nutrientes a los que se asocia.
.- Es un agente antiestrés. Estimulando los procesos metabólicos que se activan frente a situaciones de estrés, causado tanto por causas patológicas, como nutricionales y ambientales. Por ejemplo ante un estrés hídrico la planta tiene una serie de respuestas para sobrevivir, estas respuestas son potenciadas por el ión fosfito.
.- Potencia la lignificación de los tejidos jóvenes, mediante la síntesis de compuestos como la suberina y lignina. Los tejidos jóvenes con estructura herbácea son bastante vulnerables tanto a ataques de patógenos como daños ambientales. Cuanto antes se produzca el proceso de lignificado (adquisición de la consistencia leñosa), se minimizan los riesgos de daños por estas causas.
.- También tiene un papel importante en la floración, ya que las yemas de flor se refuerzan y se produce una floración más persistente.
Uso, Aplicaciones, Dosificación y Calendario:
Para facilitar su uso he preparado el producto con presentación líquida, disuelto en una solución mineral que contiene hierro y oligoelementos minerales quelatados en cantidad superior a las proporciones de cualquier abono convencional, garantizando un aporte óptimo de los mismos.
El resultado es un abono de fosfito potásico enriquecido con quelatos minerales, con una composición N-P-K de 0-10-8.
Se aplica tanto vía foliar como en el agua de riego sobre el sustrato. La foliar produce una administración rápida del producto con disponibilidad inmediata. Y la del riego en sustrato ademas de ser absorbido genera reservas de nutrientes en el sustrato.
Dosificación: Los botes ya tienen una etiqueta con las instrucciones de uso, no obstante lo indico aquí. Se prepara a razón de 10ml. de producto diluidos en 1,5l. de agua.
Por ejemplo con un bote de 500ml. tenemos para preparar 75 litros de abono PK listo para su uso en riego. Cantidad suficiente para tratar 40-50 bonsais todo el año.
Calendario de uso:
Aunque de forma tradicional se ha usado el abono con P y K en la época otoñal, decir que no tiene porqué restringirse sólo a la misma. Por ejemplo se puede aplicar un poco antes de brotación primaveral y luego otra aplicación para mediados de mayo, cuando el árbol está en plena actividad. Este abono a la dosis prescrita es una buena fuente de P y k.
Es perfectamente compatible con el orgánico sólido que se usa de base, así como con otros abonos, como puede ser el complejo de aminoácidos que uso de forma regular durante todo el periodo de actividad.
A partir de mediados de octubre, aunque las fechas son orientativas y deben adpatarse a cada zona, se aplica cada 15 días hasta diciembre, unas 3- 4 aplicaciones en total. Se adelanta su aplicación cuanto más temprano sea la llegada del otoño. Por ejemplo la otoñada en León es más temprana que en Sevilla, por lo que se adelantará el tratamiento otoñal con el fosfito.
Otra cuestión importante es usar un pulverizador de presión, que nos servirá tanto para el uso foliar como para aplicarlo en riego sobre el sustrato, en este caso se pulveriza sobre el mismo estando previamente húmedo. Se hacen varias pulverizaciones hasta que queda completamente empapado. Si lo aplicáramos con regadera o similar, el producto drena muy rápido, es menos efectivo y se desperdicia más.

domingo, 27 de marzo de 2011

La aerodinámica de las semillas de arce, ejemplo de evolución convergente

Una investigación, realizada por investigadores de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos y el Instituto Tecnológico de California (Caltech) desvela los detalles del secreto aerodinámico de estas llamativas semillas giratorias.

La investigación, dirigida por David Lentink de la citada universidad y Michael H. Dickinson del Caltech, ha revelado que, cuando giran, las semillas de arce generan un vórtice a modo de tornado que se asienta sobre el borde de ataque delantero de las semillas durante su lento descenso giratorio hacia el suelo. Este vórtice en el borde delantero hace bajar la presión atmosférica sobre la superficie superior de la semilla, succionando con eficacia el aire hacia arriba de manera que esta corriente ejerce una fuerza opuesta a la de la gravedad, tirando de la semilla hacia arriba. El vórtice duplica la capacidad de sustentación en el aire de las semillas, en comparación con las semillas no giratorias.

Este uso de un vórtice en el borde delantero para aumentar la sustentación es notablemente similar a la estrategia empleada por insectos, murciélagos, y colibríes cuando se valen de sus alas para mantenerse flotando de manera estática en un punto determinado del espacio. El hallazgo significa que vegetales y animales han convergido evolutivamente en una solución aerodinámica de la misma clase para mejorar la eficacia del vuelo.

La investigación podría contribuir al desarrollo de microhelicópteros, así como al de paracaídas giratorios, un concepto abordado por algunas agencias espaciales para alargar el tiempo de descenso de futuras sondas planetarias dedicadas a explorar las atmósferas de planetas como Marte.


Las semillas de arce podrían representar el más básico y simple diseño de un helicóptero en miniatura, si el ala giratoria pudiera ser impulsada por un micromotor", explica Lentink.

Hay un interés enorme en el desarrollo de vehículos aéreos diminutos que, dado su tamaño, deben funcionar usando los mismos principios físicos empleados por cuerpos voladores naturales tales como insectos y semillas de arce. Por ejemplo, Lockheed Martin intentó desarrollar minicámaras voladoras baratas al estilo de las semillas de arce, que pudieran ser desplegadas en grandes cantidades para la vigilancia, aunque el proyecto ya no está siendo financiado en estos momentos.

En los últimos cuatro años, Lentink, que es ingeniero aeroespacial, ha diseñado diminutos vehículos aéreos operativos, inspirados por sus investigaciones sobre el vuelo de insectos y pájaros.

Fuente: http://www.solociencia.com/biologia/09071603.htm

 La semilla en el arce palmatum  permanece en el árbol desde que sale hasta el otoño, en que se desprende.

sábado, 26 de marzo de 2011

Yatsubusa

El tipo Yatsubusa es muy apreciado como bonsai, puesto que tienen hoja más pequeña. Veamos por qué.

Con algunas excepciones, como la deformación genética en el núcleo de las semillas y malformaciones en el proceso de crecimiento, todas las semillas son semillas de árboles. Sin embargo, de algunas semillas se producen árboles enanos aunque sean de la misma especie. Estas semillas se derivan de una planta afectada por un tipo de hongo llamado el "Apiosporina collinsii", que atacan a la genética de la semilla. Este nuevo código genético será reproducido en la semilla.

Estos árboles modificados genéticamente rara vez producen semillas, por lo que son bastante raros. En Inglés, se refieren a ellas como "escoba de bruja" y "Yatsubusa" en japonés. Yatsubusa, es decir, ocho (8) yemas (se refiere al hábito de crecimiento muy compacto de estas variedades).

Por tanto, el método más sencillo para obtener una Yatsubusa es propagar con esquejes en lugar de semillas.

Hoja de Acer Palmatum Kiyohime Yatsubusa:



Acer Palmatum Yatsubusa:


miércoles, 23 de marzo de 2011

Herramientas básicas para el bonsaísta

1. Tijera de mango largo para ramitas pequeñas y hojas.
2. Podadora larga, para ramitas.
3. Podadora mariposa, para ramitas y raíces.
4. Pinza cortadora, principalmente para defoliado.
5 y 6. Vaciadoras cóncavas.
7 y 8. Kuikiris, podadoras de ramas, con corte cóncavo.
9. Cortaalambres.
10. Herramienta para jins.
11. Pinza.
12. Gancho para trasplante.
13. Cepillo para limpieza de tronco.
14. Escobilla.
15. Para doblar ramas.


Regaderas de bonsai, de agujero fino, para que el riego no mueva el sustrato.



Do sen, alambre de cobre, para realizar el alambrado, de diferentes diámetros.

viernes, 18 de marzo de 2011

Poda de reducción

En relación a la poda de árboles se pueden definir tres tipos de poda en general:

1) Poda de mantenimiento: ésta es la que se tiene que hacer ininterrumpidamente con cierta regularidad cuando se trabaja el árbol. Se realiza en todos los árboles, incluso en los terminados.

2) Poda de desarrollo: cuando un árbol está en la fase de desarrollo a menudo necesita podas más o menos drásticas que cambien y mejoren el diseño general.

3) Poda de reducción: cuando un bonsái se inicia procedente de un árbol natural son necesarios uno o varios cortes estratégicos para definir el futuro diseño básico.

En este artículo hablaremos de la poda de reducción. Se trata de un acortamiento drástico de un árbol que ya ha crecido durante algún tiempo. Esta es la intervención decisiva que hace de un árbol normal un futuro bonsái, o prebonsái. Puede proceder de un vivero o de un árbol cultivado en jardín o en el campo.

Incluso un árbol que procede de semilla o esqueje necesita eventualmente tal tipo de poda drástica, al menos una vez.

Durante la práctica de la poda de reducción el diseñador de bonsái trabaja como un escultor que elimina del bloque de piedra o madera todo lo que no es necesario. Lo que quede es la materia prima que se convertirá en un bonsái. Después de la poda el árbol se deja crecer libremente durante un tiempo. Después se seguirá diseñando con podas de desarrollo que pueden ser aún algo drásticas. En la etapa de refinamiento, por lo general, sólo se efectuarán podas de desarrollo y mantenimiento menores.

Hay tres métodos de poda drástica para obtener eventualmente un prebonsái:

1) Se deja crecer el árbol libremente hasta que es algo mayor de la altura deseada. Luego se forma la copa. Por lo general, la parte superior se cortará por completo y una rama alta se sube hacia arriba para formar el nuevo ápice. Esto asegurará buena conicidad en el área de la copa. La copa se formará con podas de desarrollo que aseguren no salirse de las proporciones. El verdadero problema es la ausencia de conicidad del tronco con este método. Este fallo principal es casi incorregible. Muchos aficionados mantienen tales árboles con copas agradables, pero con poca conicidad en el tronco. Esperan en vano, después de muchos años, obtener al final un bonsái verdaderamente bueno. Se puede intentar crear más conicidad en tales árboles dejando crecer libremente algunas ramas durante mucho tiempo. Aportando mucho alimento engrosarán el tronco y la base considerablemente. Se cortarán eventualmente todas las ramas, dejando una gran herida. Estas son las llamadas ramas de sacrificio. Si no se hace nada, difícilmente se desarrollará por sí misma una buena conicidad.

2) El segundo método consiste en árboles procedentes de semilla o esqueje. Se cortan pronto en un punto estratégico. Con la rama más alta se continuará después el eje del tronco. Se pueden formar ángulos agudos en el eje del tronco o crearlos rectos, pero disminuyendo el grosor de los troncos para árboles en forma vertical formal. Hay que tener en cuenta que los ángulos del eje del tronco se corregirán en el árbol a lo largo de los años. Lo que era un tronco con varias curvas al principio, con el tiempo se hará mucho más recto por los mecanismos de crecimiento del árbol. Este método es largo, pero efectivo. Es el método profesional de los grandes viveros de bonsái. Una desventaja es que los árboles al final se parecerán demasiado, incluso en cierta medida serán todos iguales y, a menudo bastante aburridos.

3) A veces se puede obtener un bonsái excelente con un tercer método. Se buscan árboles que hayan crecido durante bastante tiempo y que sean apropiados para una poda drástica. En algunos árboles recolectados la naturaleza les ha hecho crecer de tal forma que con un corte apropiado se puede obtener un buen bonsái con buena conicidad y buena posición de ramas. Con las coníferas a veces se puede crear un bonsái de forma instantánea con dicha poda drástica. Normalmente habrá que añadir, sin embargo, un largo periodo de desarrollo y refinamiento. Por lo general, lleva muchos años o incluso décadas para un árbol caducifolio. Con este método se crean con frecuencia bonsáis muy interesantes y a veces sobresalientes.

En principio, el corte de reducción se puede hacer en cualquier lugar del tronco. Es sólo una cuestión de lo que quiera obtener el aficionado al bonsái. Por supuesto, también depende de las propiedades de las especies utilizadas. Los árboles caducifolios a menudo se pueden cortar incluso por debajo de la rama más baja, aún sin haber brotes visibles. Siempre se debe considerar seriamente utilizar esta opción cuando una rama está colocada en un lugar favorable en el que se pueda cortar y obtener la rama que podría convertirse en eje del tronco.

El ángulo de corte es importante. Por lo general se recomienda cortar en diagonal. La diagonal se elige de forma que se disminuya el cambio drástico de conicidad, por lo general entre el tronco y el nuevo ápice. Es muy importante decidir el frente definitivo antes de efectuar el corte. Por lo general no se desea ver el corte desde el frente porque si es muy grande creará para siempre una cicatriz o agujero horribles. Esto llamará la atención y será siempre indicativo de la intervención artificial. A veces, sin embargo, se quiere incluir un gran agujero en el diseño de árboles caducifolios. Entonces el corte puede estar delante. Las coníferas generalmente se diseñan con madera muerta de todas formas. Así que el corte drástico se puede utilizar a menudo para aprovechar el diseño general fácilmente. El frente se decidirá por el nebari, la línea del tronco y la posición de las ramas, si las hay. Además, se podría cambiar ligeramente la posición del gran corte de reducción.

Un corte diagonal inmediato, sin embargo, a veces tiene desventajas decisivas. Si la primera poda de reducción se hace inmediatamente en diagonal, por lo general se va a morir de nuevo una parte importante o el tronco. El corte en árboles caducifolios y en coníferas en los que no se plantea un jin superior debería ser primero horizontal y luego al árbol se le debe dejar que haga su propio diseño. Parte del tronco se secará nuevamente, algunos brotes se desarrollarán. Después de unos meses o en el siguiente período vegetativo se puede ver cómo ha crecido el árbol y entonces finalmente cortar en diagonal. Uno se queda con tantos brotes ya existentes y desarrollo del callo, como pueda. Este método también tiene la ventaja de tener muchos brotes vigorosos que dan mucha fuerza, cerrando así la gran herida más rápidamente.

En coníferas es mucho más fácil que la poda de reducción obtenga buenos resultados inmediatos que con árboles de hoja caduca. Es muy importante, por supuesto, asegurarse que permanezca una cantidad suficiente de verde en el árbol. Por lo general, se tenderá a crear un jin superior con una parte del tronco original. Entonces el punto de corte puede estar, o debería estar, en el frente. Un árbol con un jin superior siempre debe tener algo de madera muerta adicional en otras partes del árbol con el fin de parecer natural.

La altura del corte depende de su finalidad y las circunstancias. A excepción de la forma Literati, generalmente se desea un tronco bastante grueso en relación a la altura del árbol. Se debe saber la altura final prevista del bonsái. Esto no es lo mismo que la altura del corte, por supuesto. Hay que añadir el crecimiento de la copa. Una buena proporción de un bonsái es una relación 1:6 de anchura del tronco respecto a la altura definitiva del árbol. Por tanto, el primer corte se puede establecer a una altura que es de tres a cinco veces el ancho del tronco. El diseñador debería pensarse mucho esto, porque ésta será la medida de diseño más crucial en la vida de un bonsái. Para ello, puede ayudar un dibujo con las medidas. Un buen método para predecir el efecto es tomar un pañuelo o papel para ocultar la parte del árbol que se desprenderá. Por cierto, los aficionados suelen cortar demasiado alto. Esto significa que tienen que vivir con malas proporciones para siempre o que el corte correcto se tendrá que hacer posteriormente.

Una reducción extrema sería situar el corte horizontal directamente sobre la superficie de enraizamiento. Esto sólo se puede hacer con las especies de árboles caducifolios, que se sabe que brotan con facilidad. Si el árbol estaba sano antes de la poda, aparecerán numerosos brotes en el borde del corte. Más tarde serán diseñados en la forma multitronco o grupo. Dado que todos los brotes son de la misma edad también tendrán aproximadamente el mismo grosor. Hay que tener cuidado de que algunos troncos seleccionados se puedan desarrollar mejor que los otros y por lo tanto ser claramente más gruesos.

Para las heridas grandes, la técnica actual es dejarlas sin sellador, porque ésto no ayuda y puede incluso causar daños. Es una ventaja si la herida se encuentra a pleno sol, porque se curará más rápido. Al menos una de las ramas por encima de la herida debería crecer libremente durante algún tiempo. Esto asegurará que fluya la suficiente energía hacia abajo para crear el callo que cierre el agujero.

Si se ha colocado un corte horizontal en primer lugar, entonces se continuará con un corte diagonal después de que los brotes hayan aparecido. Sólo se debe cortar cerca de la yema o brote terminal en el período más activo de finales de la primavera y principios del verano. En cualquier otro momento el brote o retoño que estaba destinado a convertirse en el nuevo líder puede secarse. Por lo tanto el corte se coloca de modo que se deja un muñón que se secará y se suprimirá cerca del brote vivo en el siguiente período vegetativo con una herramienta de corte. Sin embargo, con muchas especies de hoja caduca no hace falta tener ese cuidado. Esto es especialmente cierto con árboles muy jóvenes. Por lo general aparece un nuevo ápice cuando el viejo se seca. De cualquier forma, es posible que el modelo planificado se destruya y se tenga que trabajar con un nuevo ápice que sea inferior al planeado. ¡Esto a menudo puede ser una ventaja!.

Por lo general también algunas ramas gruesas se tienen que quitar durante la poda de reducción. En caso de duda, se quitan las ramas que se encuentren en el interior de una curva. Se debe conseguir acortar las ramas en un punto donde una ramilla primaria con una línea agradable pueda hacerse cargo del nuevo eje de la rama. Si una rama se divide en tres ramillas en un punto, casi siempre es buena idea quitar la central y seguir trabajando con las otras dos. En la parte inferior de la copa, las ramas gruesas se dejan mientras que en la parte superior se quitarían y seleccionando las ramas delgadas.

Después de cortar el ápice y las ramas gruesas, el árbol debe alimentarse bien. El resto de ramas y los nuevos brotes pueden crecer libremente durante una temporada. Esto hará que las heridas se curen más rápidamente y también se reducirán los más o menos inevitables cambios drásticos de conicidad.

Después del primer corte, que se colocó lo más abajo posible, el árbol se dejará crecer libremente durante un período vegetativo. El siguiente corte tendría que ser, de nuevo, tan bajo como sea posible. Por lo general, tiene ventajas colocarlo en el lado opuesto al primer corte. También es posible desarrollar coníferas jóvenes de esa manera, siempre y cuando se tenga cuidado de dejar siempre el suficiente verde y brotes en lo que queda después de la poda.

No es absolutamente necesario planificar exactamente la evolución del diseño con el tiempo. Se puede cortar y darle al árbol la oportunidad de crecer de forma aleatoria. En los próximos años el árbol se poda como un seto, sólo teniendo en cuenta la silueta, no la estructura. Luego, después de unas temporadas el árbol se trasplanta y se trabaja a partir de ahí y seleccionando la mejor de las posibilidades que se hayan desarrollado. Esto es básicamente lo que hace la naturaleza cuando los árboles son pastados por los animales. Los animales ramonean indiscriminadamente los árboles a principios de primavera y lo repiten todos los años. Al cabo de muchos años se desarrollan arbolitos muy interesantes que tienen muy buena ramificación y las opciones de diseño más interesantes.

Los animales desde luego no quieren diseñar bonsáis, sólo comer. Así, al azar, se desarrollan formas mucho más interesantes que si alguien hubiera tenido en cuenta cada corte.

Cuando los árboles tienen raíces débiles y se trasplantan o se plantan en tierra a menudo no es una buena idea podarlos de inmediato. Es mejor dejarlos que se establezcan y desarrollen primero un buen enraizamiento. En un árbol con raíces débiles no brotarían todas las yemas. Algunas se secarían y algunos brotes se secarían después de su aparición. Un árbol sólo puede abrir y desarrollar el número de brotes que puedan ser sustentados por las raíces. Por lo tanto, se dejarán solos durante un año y cuando las raíces se hayan desarrollado bien, se puede podar drásticamente.

Si se quieren desarrollar troncos muy gruesos es mejor esperar unos años. Los árboles que crecen en el campo pueden alcanzar unos metros de altura antes de podarlos. Con el fin de alcanzar un diámetro de tronco de 10 cm para el bonsái definitivo, la materia prima en el momento de la poda de reducción deberá tener ya un diámetro de 7 cm.

Las podas de reducción continuarán hasta que las grandes heridas hayan sanado y se establezca la estructura general de las ramas principales. Sólo entonces llega el momento de plantar el árbol en una maceta más pequeña. A partir de entonces sólo crecerá muy lentamente. Ahora empiezan las fases de desarrollo y refinamiento.

Habría que considerar que durante el largo periodo de tiempo de desarrollo del material de bonsái, el diseñador de bonsái también evoluciona. Por lo general, al principio, se quieren diseñar árboles bien definidos, "bonitos". Al cabo de unos años esto se vuelve aburrido, porque los árboles son todos iguales ("bonsáis cortados en serie"). Uno empieza a interesarse en formas nuevas y más interesantes. En ese momento, los árboles que se iniciaron unos años antes estarán listos para su refinamiento. Lamentablemente, entonces, son demasiado aburridos para los aficionados de bonsái avanzados. Por esta razón uno debería desarrollar material que parezca, de momento, suficientemente versátil.
Por Walter Pall

Traducción: Pedro Herrera
Este artículo fue escrito en el verano de 2002 e impreso posteriormente en Internacional Bonsai.

El cultivo del bonsai


Los conceptos substrato, riego y abonado no se entienden de forma independiente. Ya que todos están interconectados entre sí. Ya sea un árbol caduco, una conífera, joven, viejo, recientemente transplantado o incluso recolectado, encontramos tantas variables en una colección de bonsái que, ¿puede haber una respuesta clara?

 La respuesta es si. Pero uno tiene que leer este texto con cuidado y entonces poner en práctica TODO. No es posible elegir unos conceptos y desestimar otros. No puedes abonar de acuerdo a mi método sin tener en consideración el tipo de substrato o el régimen de riego.
 Primero, dejo de lado todo lo que se ha escrito al respecto en la mayor parte de la literatura sobre bonsái. A medida que la tecnología nos garantiza el acceso a nuevos y más efectivos métodos y productos, la forma en la que cuidamos nuestros árboles ha avanzado más allá de los límites marcados por la tradición. Es ya un mundo nuevo y moderno, pero muchos no se han percatado de ello. Incluso aunque los viejos métodos pueden ser exitosos en cierta medida, pueden ser peligrosos, o incluso letales, si se aplican con los substratos y las prácticas modernas.
 Substrato: un buen material de substrato debe tener: un tamaño de grano uniforme, la capacidad para absorber agua y liberarla posteriormente, no tener materia orgánica de grano fino, no descomponerse fácilmente, ser tan ligero en seco como sea posible, preferiblemente barato y con una apariencia estética agradable. Este podría ser: lava, pumice, arcilla horneada, Turface, zeolita, Chabasai (un tipo de zeolita), trozos de coco o de corteza, fragmentos de styrofoam (no es broma) y algunos más que puedes encontrar por ti mismo si has entendido los principios básicos. Ten en cuenta que algunos de los mencionados pueden no estar disponibles en tu zona.
 La akadama normal es cuestionable como substrato adecuado ya que inevitablemente acaba descomponiéndose, especialmente si se expone a heladas invernales. Puede convertirse en un barrizal letal en la maceta, impidiendo el flujo normal de aire y agua. Esto es particularmente relevante en árboles que se transplantan muy ocasionalmente, como coníferas recolectadas o en general viejos bonsái.
 Substratos no válidos serían: tierra, compost, piedras, arena, etc. Obviamente los árboles pueden crecer en arena y tierra de jardinera, pero no proporciona las condiciones óptimas para la salud y el cultivo de nuestros bonsáis.
Todos los substratos mencionados anteriormente pueden ser mezclados de acuerdo a preferencias personales sin que esto implique ninguna diferencia. También pueden ser reciclados y usados de nuevo, pero únicamente tras limpiarlos y cribarlos.
 No existe el “substrato ideal de bonsái”. En realidad hay miles de ellos. Creo que NO ES IMPORTANTE LO QUE USAS NI EN QUE PROPORCIÓN siempre que se trate de un substrato moderno.
 Puesto que no hay tierra en los substratos modernos estos contienen poca materia viva. Se secan fácilmente y uno debe de regar varias veces al día en épocas de calor, especialmente si se han elegido materiales inorgánicos. Por tanto suelo añadir turba a la mezcla de los substratos mencionados anteriormente. Asegúrate de no usar turba de grano fino o musgo sphagnum, incluso si el paquete dice ser libre de polvo las partículas serán demasiado pequeñas. Si no puedes encontrar el tipo apropiado de turba usa pequeños trozos de corteza o fibra de coco. Estos componentes orgánicos deberían suponer un 15-20% del volumen final, un poco menos en coníferas y olivos y algo más con árboles de tamaño pequeño y azaleas.
 Estos materiales orgánicos son apropiados para mantener el grado de humedad apropiado en el substrato y por facilitar la colonización de flora microbiana provechosa para el suelo. Estudios científicos indican que la turba contiene hormonas vegetales beneficiosas para los árboles. Normalmente la materia orgánica no debería formar parte de un substrato de bonsái, pero los que he mencionado tardan cinco años en descomponerse. Debes tener esto en cuenta cuando planifiques los replantados futuros. Los restos orgánicos deben ser eliminados o cribados si el substrato inorgánico va a ser reciclado.
Riego:
Yo mantengo un régimen de riego DIARIO desde finales de marzo a mediados de octubre. Esto es independiente de si los árboles parecen haber secado el substrato o no. Solo en periodos de lluvia fuerte me abstengo de regar los árboles. Cuando hace calor, hay fuertes vientos o una combinación de ambos, riego dos o incluso tres veces al día. Los árboles de pequeño tamaño deben regarse dos veces al día. TODOS los árboles siguen el mismo régimen. Las pautas de riego individualizadas no son necesarias si los árboles crecen en un substrato con buen drenaje. Tampoco hay necesidad de entrenar a algún amigo para regar tus árboles en tu ausencia. Cualquiera puede hacerlo, solo hay que regar en abundancia. Tampoco influye el tipo de agua. El agua del grifo es apropiada, incluso si se trata de aguas duras. En mi jardín tengo una de las aguas más duras de Europa (23° DH). Uso esta agua para todo, incluyendo azaleas. Riego con una manguera de jardín. No riego árboles individuales sino áreas, como regarías tu jardín con aspersores.
Si sigues esta pauta de riego hazlo en abundancia. Esto significa que el árbol se riega entero, de la copa a la base. El agua debe salir por los agujeros de drenaje. Es muy conveniente para los árboles si la copa se humedece a diario.
Con los substratos modernos un exceso de riego es prácticamente imposible. Puedes regar durante horas y todo el exceso se elimina de la maceta si usas un substrato apropiado. Sin embargo resulta muy fácil pecar por defecto. Muchos bonsáis mueren al cultivarse en substratos modernos pero ser regados de acuerdo a los viejos métodos.
Abonado: con los substratos modernos y el riego abundante el abonado deja de ser un secreto. CUALQUIER fertilizante del mercado para plantas normales puede usarse, ya sea orgánico o mineral. El abono debe tener MUCHO nitrógeno. Las plantas solo crecen si disponen de nitrógeno.

Generalmente uso fertilizante líquido barato del disponible en el supermercado. En Estados Unidos sería Walmart. Usa un fertilizante general de los apropiados para todo tipo de plantas. Dos veces al año, al comienzo de Mayo y final de Agosto, le añado a los árboles un puñado de abono de gallina. Lo compro en grandes sacos por lo que resulta muy económico. Y esto es todo. Esta es la pauta que sigo con TODOS mis árboles, incluyendo los más famosos.
 ¿Con que frecuencia? ¡MUCHO MÁS DE LA QUE PIENSAS! Abono entre 20 y 60 veces más que un cultivador de bonsái medio. Desde comienzos de Abril hasta mediados de Octubre, cada diez días todos los árboles son abonados con fertilizante líquido, usando de tres a cuatro veces más de la dosis recomendada. Todos los árboles son abonados igualmente, ya se trate de caducos, coníferas, pequeños, grandes, transplantados, recolectados o no. Esto supone una temporada de abonado de 200 días. Puesto que los árboles son abonados tres veces en exceso de la dosis recomendada en 20 ocasiones esto supone 60 dosis de abono por temporada. El bonsaista medio abona tres o cinco veces a la mitad de la dosis recomendada ya que “el bonsái no debe crecer”. Si adicionalmente dos veces por año se añade abono de gallina es fácil entender porqué este régimen supera de 20 a 60 veces la pauta habitual.
 El uso de pastillas de abono de origen asiático es aceptables aunque superfluo. No comemos filetes con palillos ni tenemos que abonar nuestros árboles con abono pastillas. Sin embargo no harán ningún daño si insistes en usarlas, simplemente son poco atractivas a la vista. Biogold se diseñó para ser usado en substratos modernos como la akadama, y funciona bien. En mis manos yo lo rompería en pequeños pedazos repartidos por toda la superficie del substrato. Después del primer riego se convierte en invisible.
 Un exceso de sales en el substrato es prácticamente imposible si se riega de forma abundante. Incluso las azaleas toleran perfectamente mi tratamiento. Prosperan con aguas duras, arcilla horneada y turba como substrato y el método agresivo de abonado que uso con el resto de mis árboles.
Hace unos diez años el “superabonazo” fue proclamado y poco después olvidado. No producía los resultados esperados y muchos árboles sufrían e incluso morían. Lo que yo hago puede sonar similar. En realidad es similar, solo que insito en realizar un riego abundante en paralelo con el abonado agresivo conjuntamente con el empleo de substratos modernos. Tampoco hago una ciencia sobre que ingredientes emplear en el abonado. Simplemente te recomiendo comprar lo que esté en oferta en el supermercado o en el centro de jardinería.
Esta pauta de tratamiento es para árboles en formación. Recuerda que el 99,8% de los bonsái están “en formación”. Si tuvieras uno que no debiera evolucionar entonces la pauta de abonado debería reducirse considerablemente. Debes pasar hambre a propósito. Así, desarrollará hojas o acículas más pequeñas y en menor número. Tendrá una buena apariencia para exponer, pero el árbol irá a peor si se mantiene así por demasiado tiempo. Al cabo de algunos años deberías abonar nuevamente de forma agresiva para permitir su recuperación.
En resumen: ¡haz las tres cosas o ninguna! Esto no es opcional. Elegir un método y descartar los otros acabaría en desastre. Aquellos que usan un “super-abonado” usando un substrato antiguo y riego insuficiente acabarán matando sus árboles. Aquellos otros que usando substratos modernos y riego abundante abonen siguiendo las pautas que marca el método tradicional acabarán debilitando sus árboles, y finalmente muriendo. Esto es todo.
Así que, ante la pregunta ¿cómo abonas las coníferas? La respuesta es “como el resto de árboles, pero tienes que conocer toda el método”.
Soy consciente de que muchos no lo creerán. “Aquel que sana tiene la razón”, dice un proverbio médico. En jardinería “aquel que a la larga tiene los árboles más sanos tiene razón”. Ven a ver mi jardín o echa un vistazo a mi galería, mis árboles hablan por si mismos.

Nada de esto fue inventado ni descubierto por mi. Simplemente lo he aprendido de jardineros profesionales modernos. Han hecho esto durante décadas con gran éxito. Yo he adaptado la horticultura moderna al bonsái. Es sólo en el mundo del bonsái que esto parece revolucionario.

Artículo escrito por Walter Pall



miércoles, 16 de marzo de 2011

Arces: Primeras ideas sobre trasplante y formación

El trasplante se suele realizar en primavera, cuando las yemas engordan, pero antes de la aparición de las hojas. Durante el trasplante se deben peinar las raíces largas y separarlas del resto del cepellón. Una vez eliminadas las raíces más gruesas limpiaremos de tierra la parte del cepellón situada debajo de la base del tronco. Cuando la base del tronco esté limpia y a la vista, se podan completamente las raíces que nazcan directamente de dicha base. El árbol no está "en plena forma" después de sufrir una poda de raíces, por lo que habría que protegerle si hubiese una caída radical de la temperatura, por debajo de 1º C.

Durante el primer invierno de vida del árbol se debe realizar una poda selectiva de las ramas sin ningún riesgo, ya que tendremos una buena visibilidad por la ausencia de hojas y el bonsái sangrará poco debido a que se encuentra en fase de reposo.
En el segundo año, también en invierno, deben podarse las ramas que nazcan directamente del tronco y afeen la silueta del árbol, utilizando una buena pasta selladora. Es muy peligroso para la vida del arce podar ramas gruesas fuera del invierno.
Simplemente mediante la poda de las ramas se puede conseguir una copa con ramas muy delicadas. Las yemas aparecen en parejas, una a cada lado de la rama.
 Mediante la selección de yemas y la poda apropiada de ramas, la nueva brotación seguirá la dirección hacia la que apunta la yema elegida. La nueva brotación no debe de dirigirse ni hacia arriba ni hacia abajo, sino en un plano horizontal, bien hacia la izquierda o la derecha, según dicte la formación estructural de la rama principal en cuestión. En un buen plano controlado por la dirección de la rama principal, las ramas secundarias y terciarias no deben cruzarse, sino formar una densa y completa red horizontal. Las ramas altas serán más cortas y tendrán más densidad de yemas que las ramas más bajas. Esta densidad de yemas se consigue mediante una poda más concentrada, dejando menos distancia entre cada par de yemas, con una poda más frecuente que en la parte baja del árbol. Una vez formada la copa, en un periodo aproximado de cinco años, cada cuatro o cinco años será necesario podar el árbol enérgicamente para mantener su tamaño y su forma.
Los arces se pinzan continuamente durante todo su periodo de crecimiento, aplicando esta técnica de pinzado temprano a cada brotación nueva que aparezca. La frecuencia del pinzado será menor en las ramas bajas, que necesitan ser más largas. Una vez alcanzada la longitud deseada para estas ramas, el pinzado temprano puede y debe realizarse para mantener una correcta relación tamaño densidad entre esta parte baja y el resto del árbol. Por otra parte, es necesario, al principio, dejar que las ramas bajas crezcan libremente para que así engorden y lograr un crecimiento adecuado de esta zona baja.

Los arces crecen a un ritmo muy rápido por lo que, si se desea alambrar, el alambre no debe permanecer más de dos meses en el tronco o las ramas, ya que en otro caso se producirían cicatrices en su superficie.
En general es preferible esperar al invierno para que, al carecer el árbol de hojas, su pueda alambrar cómodamente y llegando a cualquier parte.
Cuando el arce sea adulto su madera tenderá a ser cada vez menos flexible. En este caso es preferible alambrar en invierno, para que el flujo de la savia, justo en el momento en que el árbol empieza a salir de su letargo, haga que las ramas sean más flexibles y fáciles de modelar.

sábado, 12 de marzo de 2011

Acer Palmatum: Consejos de cultivo

Las hojas de los arces y su colorido, sobre todo en primavera y otoño, son el principal atractivo para las mayoría de aficionados de esta especie de árbol.

Sin embargo, mantener las hojas sanas hasta el otoño no es tarea fácil. Son árboles de montaña, lo que significa que:
- Soportan bien el frío en  general, aunque peor el calor.
- Requieren mucha agua, pero el sustrato debe ser muy poroso.
- No requieren el sol intenso ni el viento seco, pero aprecian un lugar aireado y sombreado.
- Necesitan un abonado generoso.
- Están acostumbrados a cambios apreciables de temperatura entre el día y la noche.

Si el lugar donde vamos a cultivarlo no reúne estas condiciones, tendremos que proporcionárselas artificialmente mediante sombreo, cambios de posición según la estación, etc.

Además, algunos trucos nos ayudan a tener éxito en el cultivo del arce:
- Sellar siempre los cortes, especialmente si ese año no hemos trasplantado y podado raíces al mismo tiempo.
- La tierra no debe quedar nunca, ni una sola hora, completamente seca.
- La tierra debe ser porosa y drenar bien, no debe tener partículas menores de 1mm.
- Cuanto más joven sea el árbol, más agua necesita.
- Debemos proteger del viento seco especialmente los primeros brotes de primavera o tras el defoliado: si se queman, ya no brotará correctamente ese año.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Pinzado en Arces

Voy a exponer una técnica de pinzado utilizada en Arces Palmados que requiere de un nivel de paciencia y dedicación solo al alcance de gente muy zumbada, como es mi caso. Bueno, fuera de bromas, en realidad es una forma más de pinzar árboles en los que el objetivo es mantener la silueta, o si se tiene mucha paciencia, conseguir los entrenudos mas cortos del mundo mundial. Como parece que un amago de primavera sobrevuela Siberia, ya tengo algún arce en plena vorágine de brotación, y toca pinzar.

El arce es el que os muestro en esta foto, y tiene unos cuantos cienes de yemas para pinzar. Se trata de un palmatum, variedad Kijohime.


Las yemas no se abren todas a la vez, lo cual es de agradecer, porque de lo contrario seria una locura. Una muestra de los distintos niveles que alcanzan.

En primer lugar, mostraros la cápsula que envuelve las hojas. Esta cápsula se suele quedar rondando en la rama para terminar desapareciendo. No confundirla con el primer par de hojas, ni tampoco confundir algunas hojas amorfas que suelen aparecer de vez en cuando, con unos lóbulos muy poco definidos. Si os ocurre eso, esas hojas son perfectamente operativas, aunque feas. De vosotros depende dejarlas, o eliminarlas, yo hago lo uno o lo otro según mi estado de ánimo, no sigo un criterio fijo.

La yema marcada como “A” que casi no se ve, esta en plan remolón, esa brotará cuando le de la gana, o sencillamente, cuando las yemas más vigorosas que iremos pinzando, le cedan parte de la energía del árbol.

Las dos yemas metidas dentro de un circulo con mal pulso, marcadas como “B” están en diferentes fases de apertura, todavía es algo pronto para pinzarlas, pero en breve se dejaran.

La yema marcada como “C” esta casi en sazón. Si tenemos ganas podemos llegar a pinzarla, pero mejor esperar al día siguiente, que estará mas dispuesta.





Un momento ideal para pinzar seria el que muestro en la foto. Las dos primeras hojas se comienzan a abrir, y apreciamos el cogollo del resto de hojas en su interior. Nos permite introducir las pinzas e incluso la uña para pinzar. Por cierto, ahora que lo recuerdo, es el momento de dejarse la uña del pulgar de la mano diestra más larga de lo habitual e incluso la del índice también. A pesar de que se le llame pinzado, que vendrá por utilizar pinzas, digo yo, la mayor parte de las operaciones de pinzado en corto, se suelen hacer con los deditos. Al menos yo así lo hago siempre que me es posible. 


Otra visión del brote desde su frente

Sea mediante pinzas o con los dedos, separamos las dos primeras e incipientes hojas, y seccionamos las restantes que quedan entre las pinzas. 




Una vez realizada la operación, el resultado ha de ser como el que muestra la siguiente foto. Se pueden apreciar los tallos seccionados por la pinza, justo entre las dos hojas. 




Otro detallito más. 


Por ultimo simplemente añadir, que pinzando de este modo, se consiguen entrenudos muy cortos, pero ojo, la siguiente brotación tardara uno y parte del otro en producirse. No hemos dejado que las hojas maduren antes de actuar sobre ellas, y menos todavía que formen nuevas yemas, así que solo es recomendable para mantener siluetas, o digamos, como reacción colateral, que yemas durmientes en zonas traseras despierten. Pero esto como digo es un efecto secundario, yo no usaría esta técnica para provocar dichas brotaciones, puesto que puede resultar muy aleatoria.

Bueno, espero que os sirva de algo, un saludo.

Texto y fotografiás realizados por JJMA para Portal Bonsai.

Artículo original de portalbonsai 

martes, 8 de marzo de 2011

Arces, esperando la primavera


A la espera de que se hinchen las yemas y comience la maravillosa primavera de los arces.

Las yemas, muy importantes en este período y a las que todos los bonsaístas estamos muy atentos, son órganos complejos que se forman habitualmente en la axila de las hojas, formados por un meristemo apical, (células con capacidad de división), a modo de botón escamoso (catáfilos) que darán lugar, en el caso del arce, a las hojas del nuevo período de crecimiento.

Yema terminal de un acer pseudoplatanus:


Arce palmatum, ya brotando: