miércoles, 27 de abril de 2011

Benerva (tiamina)

La vitamina B1, o tiamina , pertenece al complejo de la vitamina B. Fue la primera descubierta en 1911 , por lo que a veces se nombra sencillamente como vitamina B.

Las vitaminas son compuestos orgánicos necesarios para la realización del metabolismo normal de ciertos organismos vivos, asemejándose a las enzimas u hormonas, que el organismo necesita en cantidades relativamente mínimas para su normal crecimiento y desarrollo.

En condiciones normales, es decir, en la planta completa, la Tiamina (B1, en la imagen anterior)se sintetiza en las hojas y se traslada a las raíces. En solución de cultivo, se aceleraba el crecimiento de las raíces añadiéndoles Biotina y Tiamina (B1); sin embargo, hoy se sabe que la Biotina se sintetiza en las raíces, por lo cual el aporte simplemente de tiamina ya acelera por sí mismo el crecimiento de éstas.

La Tiamina es un agente estimulante del crecimiento de las yemas de las plantas, comportándose de forma similar a las auxinas (que son hormonas), es decir, provocan la brotación.

Las auxinas son un grupo de fitohormonas que funcionan como reguladoras del crecimiento vegetal. Esencialmente provocan la elongación de las células. Se sintetizan en las regiones meristemáticas del ápice de los tallos y se desplazan desde allí hacia otras zonas de la planta, principalmente hacia la base.

La comercialización  que considero más útil de la tiamina es Benerva, en ampollas de 1 ml., que contiene como principio activo tiamina (100 mg.). Yo la aplico sobre todo tras un trasplante, o si veo que en una zona determinada ciertas ramas de un bonsai brotan con menos fuerza que en el resto, y puede necesitar ayuda para crear raíces.

La aplico en la dosis de una ampolla por litro y medio de agua de riego, en tierra. La última vez que la adquirí, este invierno, me costó menos de 2 euros creo recordar (6 ampollas) así que, realmente, no es una alta inversión.

Siempre se puede pensar que podría ser que el árbol hubiera evolucionado igual sin la adición de Benerva pero, al fin y al cabo, ésta es una idea que puede suponerse a todo lo que aplicamos a nuestros bonsais y, en principio, como hemos visto, la aplicación de tiamina a las raíces sí tiene una base científica.

miércoles, 13 de abril de 2011

¿Qué le pasa a mi arce?

En principio, con una situación, abonado y cuidados diarios apropiados, que se han descrito en otros apartados, el arce no tiene más problemas de cultivo que otras especies. Sin embargo, a menudo encontramos problemas, de los cuales observamos sólo los síntomas, y es importante reaccionar ante estos síntomas a tiempo, bien cambiando las circunstancias en que lo estamos cultivando o bien aplicando el tratamiento adecuado.

Veamos los síntomas y sus posibles (aunque no únicas, ahí habría que revisar la historia de cada árbol en particular) causas:

Cuando el arce presenta hojas de color amarronado, con los bordes secos, puede deberse a poco riego (o sustrato inadecuado que no permite que el agua llegue adecuadamente), o bien a un exceso de insolación. Por tanto deberemos revisar el sustrato, regarlo más a menudo, o bien ponerlo en una situación de semisombra, como hemos comentado en otros artículos que es más acertado para la especie.



Si observamos que las hojas tienen un moteado amarillo, debemos contemplar la posibilidad de la existencia de araña roja. Posteriormente, las hojas se abarquillan, llegando incluso a secarse totalmente y caerse.
Estos arácnidos diminutos pueden verse si se observa con atención, o bien utilizando el truco de sacudir alguna rama sobre una hoja blanca de papel. Igualmente en ocasiones pueden observarse las diminutas telarañas que tejen en el envés de las hojas, pero el hecho de que no las veamos no quiere decir que no existan.
Como el ambiente cálido y seco favorece a la araña roja, la pulverización puede ser un paliativo.
Podemos mantener a raya a la araña roja con los tratamientos de invierno a base de aceites minerales, pero una vez que ya ha aparecido deberemos utilizar como remedio tratamientos específicos contra ella, como el Keltane u otros acaricidas como Azinfos, Binapacril, Carbofenotion, Dinocap, Fosalone, Metoato, etc. 

También existen remedios ecológicos contra la araña roja: Así, tiene sus depredadores naturales, pero no controlan la plaga totalmente. Amblyseius californicus come huevos, larvas y adultos de Ácaros. Existen a la venta preparados con estos depredadores para soltarlos dentro de invernaderos. Esto se está haciendo en explotaciones comerciales, pero a nivel de aficionado que tiene uno o varios árboles afectados no es una solución práctica.

Cuando el arce presenta brotes largos y débiles puede deberse a exceso de riego o falta de luz. A menudo sucede si se cultiva en interior, lo cual no es habitual (y desde luego nada aconsejable) en los bonsais. Es importante que estén al aire libre, en una situación adecuada según las pautas que hemos visto en otras ocasiones.

La existencia de pulgón es fácil de detectar, porque se ven bien a simple vista y los aficionados a bonsais "remiramos" mucho nuestros arbolitos, sobre todo en la época de brotación. El pulgón es un insecto a veces negro y otras verde, que se suele ver en el envés de las hojas y el tallo, a menudo en los brotes tiernos. El crecimiento del arce en el caso de sufrir esta plaga se observa además lánguido y retorcido. No se os ocurra echar cualquier remedio casero que haya servido para vuestras plantas de jardín o incluso para otros bonsais, como el agua jabonosa. Os lo digo por experiencia, las hojas del arce son demasiado delicadas y se queman con facilidad.
La presencia de hormigas cerca del arce puede ser igualmente un primer aviso para que busquemos el pulgón en nuestros árboles. Las hormigas "ordeñan" y pastorean los pulgones, incluso los trasladan a nuevos "pastos". Aunque el pulgón tiene depredadores naturales, como la mariquita o la avispa, su uso para el aficionado al bonsai no es un consejo muy realista. Deberemos utilizar un insecticida, como folithion.

Si encontramos en las hojas manchas marrones con aureola rojiza,  estaremos  alerta porque es probable la existencia de hongos, contra los cuales utilizaremos un fungicida sistémico. Este tipo de tratamiento (sistémico), a diferencia de los tratamientos de contacto, Son absorbidos a través de las hojas y de las raíces y se movilizan por toda la planta, y  afectan además a varias etapas de la vida del hongo.

Otro síntoma que podemos encontrar en los arces, sobre todo en los que tienen un hábito de crecimiento corto como el palmatum shishigashira, o un estilo más propicio para ello, como el escoba, es la muerte de hojas y ramas interiores, a las que no llega bien la luz. En este caso, realizaremos una poda de aclarado y le daremos unas horas de sol (a poder ser matutino) durante una temporada,  hasta su recuperación.

domingo, 10 de abril de 2011

Desde un arce del jardín

Este artículo de bonsai4me me pareció interesante. Lo he traducido de esta página.

"Este bonsai de arce palmatum inició su andadura con un acodo aéreo de uno de mi jardín. En el momento en que se tomó esta foto el tronco tenía centímetro y medio de diámetro.
El plantón resultante se trasplantó solo, sobre una baldosa, para asegurar un cepellón plano y un buen nebari (raíces superficiales).
Así, se dejó crecer libremente en el suelo durante 4-5 años para que el tronco engrosara.







La imagen de la izquierda muestra el árbol sólo 3 años más tarde, durante el verano de 2005.  Se dejó crecer libremente todas las temporadas de cultivo, para estimular el rápido engrosamiento del tronco, podándolo cada otoño para que el resultado del tronco fuera adecuado.












Una imagen de cerca  durante el verano de  2006. Varios brotes que han surgido se dejaron crecer, para el diseño final:  mientras que algunos de ellos servirían para propiciar el engrosamiento del tronco, otros sí formarían parte del diseño final del árbol.










En otoño de 2007 el árbol se  sacó finalmente de la tierra, realizándole una poda severa para reconstruir el diseño de la totalidad de las ramas. El árbol se trasplantó primero en una maceta de entrenamiento negra de gran tamaño para, finalmente, trasplantarse a maceta de bonsai a principios de 2009.













Las nuevas ramas se han desarrollado en las últimas cuatro temporadas. Cada año se permitió crecer libremente a las nuevas brotaciones, para ser podadas y alambradas cada otoño, dándoles así forma. De esta forma se asegura su adecuada conicidad.
Se seleccionaron cada año los brotes con internudos cortos, para fomentar la máxima ramificacion en el mínimo espacio.






 La apariencia del nebari ha seguido siendo mejorada desde que se trasplantó a maceta de bonsai. La imagen de la izquierda lo muestra en 2007, justo después de que se realizara un injerto en la base para llenar un vacío de raíces existente en el nebari.

La siguiente imagen muestra el nebari en diciembre de 2010, con el injerto ya consolidado en su posicion. Se ha realizado un total de 5 injertos en la base de este bonsai para lograr su nebari actual.







Una imagen del tronco y la estructura de las ramas. El color verde de la corteza inmadura del acer palmatum puede tardar más de diez años en desaparecer, por lo cual se desgastó suavemente la corteza verde dos veces al año con lija, fomentando así la aparición de la corteza madura.








El resultado final es este bonsai de arce palmatum de 55 cm. de altura  y diámetro del tronco por encima de la base de 6 cm, con una superficie de nebari de 25 cm."


Traducido de: